lunes, 19 de mayo de 2014

ALINEAR EL CUERPO Y RECONOCERLO: Método Alexander.



F. M. Alexander (1869-1955) su técnica ayuda a mejorar el "uso que hacemos de nosotros mismos" en las actividades de la vida diaria, en casa, en la escuela, en el trabajo, en el deporte, etc. reduciendo las tensiones excesivas y mejorando la coordinación, la fluidez en el movimiento, el equilibrio y la respiración.

El éxito de la técnica Alexander está perfectamente documentado y ha sido motivo de diversos estudios científicos que avalan su efectividad. La Técnica Alexander fue incluida como tratamiento en la seguridad social Inglesa (NHS) en 1996 y numerosas compañías de seguros del Reino Unido la han aceptado como tratamiento contra el dolor. (WPA, Allied Dunbar, Prime Health, Norwich Union). 

La técnica Alexander toma a la persona como una totalidad inseparable.


Hay personas que sufren tensión muscular crónica. 




Tanto sentados, como parados esa tensión muscular provoca la desviación de la cabeza, del cuello y la espalda, el hundimiento de los hombros y una postura desequilibrada.



Si ésto no se corrige, la columna vertebral se sobrecarga y puede aparecer una desviación en la base del cuello, que causa dolores de espalda y pudiendo afectar el funcionamiento del corazón, los pulmones y el aparato digestivo




Qué hacemos?
En la clase facilito que el alumno adquiera una nueva y fiable conciencia corporal -Kinestesia- y sea capaz de detectar y reducir las tensiones y malos hábitos que interfieren en su mecanismo corporal. 

Poco a poco y con movimientos muy suaves el profesor facilita que el alumno aplique los principios de la Técnica en la actividad cotidiana: 

sentarse, levantarse, caminar,  cargar cualquier objeto etc, poniendo siempre el acento en la reducción del esfuerzo en cada una de las actividades.-

No obstante el efecto de esta técnica en el organismo es tan amplio que se podría 
decir que todo aquel que tiene "cuerpo" puede beneficiarse de ella, tanto si se sufre dolor, como si simplemente se quiere mejorar el control de uno mismo, o como medio de exploración personal. 



Podríamos destacar que en la actualidad se diferencian tres grandes grupos de personas que 
acuden a las clases: 

Quien siente malestar, personas que sufren dolores o afecciones derivados de la excesiva tensión: dolores de espalda, cervicales, ciática, lumbago, o hernias discales. 

Problemas de locomoción, circulación, asma, migrañas, tartamudez, etc. 

También personas que padecen alteraciones en el carácter: 
ansiedad, inseguridad, depresión o baja autoestima. 

Muy a menudo acuden a las clases pacientes derivados de fisio o psicoterapeutas que reciben lecciones como complemento a su terapia. 

Quien quiere mejorar una habilidad concreta Actores, modelos, cantantes, músicos, 
bailarines, deportistas, conferenciantes que precisan de un control ajustado de su cuerpo para poder ejercer con el máximo rendimiento su actividad, sin que se vean frenados por el exceso de tensión y falta de control y fluidez tanto mental como física. 






Alexander hizo ciertos descubrimientos y observaciones únicos sobre la salud y el bienestar del individuo y desarrolló una técnica práctica para llevarlos a efecto. 

Cuando Alexander tuvo que afrontar sus problemas vocales, quiso encontrar la causa, y lo que halló fue que era la manera en que usaba su voz lo que bloqueaba el funcionamiento de su mecanismo vocal. 

Específicamente encontró que cuando iba a hablar interfería con el funcionamiento de sus mecanismos posturales: su estatura disminuía, su cuello se contraía, su cabeza se iba hacia atrás y además comprimía la laringe. 

Toda la tensión creada por ésta forma de "usarse", de hacer determinadas cosas, extenuaba su mecanismo vocal, ocasionándole ronquera e incluso pérdida de la voz. 

Descubrió que era su manera de usarse lo que ocasionaba el problema. Fue a partir de la observación y el reconocimiento de éste "mal uso" o "mala utilización" de sí mismo donde encontró el camino hacia la solución. 

No es que Alexander tuviera mayor capacidad de diagnosis que los médicos a los que consultó, simplemente ellos no hicieron ésta crucial observación, porque no eran conscientes de cómo se usaban y cómo ésto afectaba su propio funcionamiento.


...UNA PRÁCTICA...
Boca arriba en una superficie firme, mejor sobre una alfombra, con las rodillas 
dobladas de manera que los pies reposen tan cerca del cuerpo como te resulte cómodo. 
Los pies deberán estar lo suficientemente separados para permitir que las piernas se puedan balancear con el mínimo esfuerzo (más o menos el ancho de los hombros). 
Las rodillas, ni muy separadas ni completamente juntas, pero señalando hacia el techo. Sitúa algunos libros debajo de la cabeza, de manera que sean la base para apoyar la zona occipital. Los libros o almohadita no deberían estar en contacto con el cuello. 
La altura de la pila varía según cada persona, y puede incluso variar para la misma persona en momentos distintos. Depende de muchos factores como la longitud del cuello, el tamaño de la cabeza o la curvatura de la columna vertebral. Si pones pocos libros, tu cabeza se inclinará hacia atrás (con la barbilla más alta que la frente) y será difícil conseguir relajación muscular a lo largo del cuello. Si la pila es demasiado alta, la barbilla te presionará la garganta de manera incómoda. La altura óptima está entre estos dos extremos. 
Los brazos deben estar apoyados sobre los codos y las palmas de las manos sobre el 
abdomen. 
Lo ideal sería que el peso estuviera distribuido entre los siguientes puntos: 


 En los pies: entre el talón y las almohadillas de la base de los dedos gordo y meñique. 
 En la cadera: en el arco trasero de la pelvis, un poco por debajo de la cintura. 
 En los omóplatos :(los huesos planos de la parte trasera de los hombros)

1.- Los músculos del cuello tienen que estar relajados de manera que la cabeza tienda a 
desprenderse del cuerpo en una dirección que podría describirse como "hacia delante y hacia 
fuera" . 
El elemento "hacia delante" es necesario porque los músculos más fuertes, y con más frecuencia excesivamente contraídos del cuello, son los que tiran de la parte posterior de la cabeza. 
2.- Esta dirección de la cabeza servirá para iniciar el relajamiento y para alargar la columna vertebral completa. 
A medida que la columna se vaya alargando, la espalda irá teniendo mayor contacto con el suelo de una manera natural, con la consiguiente impresión de que se expande. 
3.- Las rodillas deben dirigirse hacia el techo, lo que significa una relajación y un alargamiento del muslo, desde la cadera hasta la rodilla, y una relajación y un alargamiento similar de los músculos que van del tobillo a la rodilla 

En resumen, relaja el cuello para que la cabeza se mueva por sí sola en dirección contraria a la posición del resto del cuerpo (hacia delante y hacia fuera) para que la espalda se alargue y ensanche, y para que las rodillas señalen hacia el techo. 

Si te das cuenta de que has estado distraído, vuelve a centrar tu atención sin brusquedad 
hacia tu cuerpo, siente los puntos sobre los que recae el peso y empieza a pensar en tus 
direcciones otra vez. 





Técnicas Corporales Terapéuticas
Berta Olemberg
*Belgrano*

No hay comentarios:

Publicar un comentario