REEDUCACIÓN POSTURAL
AUTOPOSTURAS DERIVADAS DE R.P.G
Existen distintos motivos que pueden alterar el equilibrio
normal del sistema musculoesquelético.
El estrés físico y emocional diario, las posturas mantenidas y
los esfuerzos realizados durante la jornada laboral, el exceso en la práctica
deportiva, la alteración del sueño y la falta de descanso, son algunos ejemplos
de situaciones que afectan a la musculatura y articulaciones, aumentando su
tensión, rigidez, favoreciendo la aparición de contracturas y deformidades.
Pero además, ésta situación puede agravarse y aparecer con más rapidez cuando
existe un traumatismo, accidente o enfermedad.
En éste caso,voy a dar un ejemplo de un paciente que sufrió un politraumatismo tras un
accidente laboral en el que tuvo una caída desde altura que le ocasionó, además
de las numerosas contusiones, fracturas
en la región dorso-lumbar, concretamente fractura de apófisis transversa de
D12, L1, L2 y fractura con hundimiento del platillo superior de L3.
Para la
consolidación ósea se le prescribió llevar un corsé de Jewett, que únicamente
se quitaba para dormir.
El dolor por las contusiones y dichas lesiones, la
dificultad para moverse, además del miedo y la inseguridad que ésta situación
produce en el paciente, le obligaron a prolongar esta situación durante más de
treinta días y en los que permaneció en cama o en reposo la mayor parte del
día.
¿El resultado?
Gran rigidez en columna y extremidades, bloqueos
articulares, compromiso nervioso, contracturas y calambres musculares, así como
atrofia y debilidad, produciéndole alteración de la postura, la marcha y
adopción de posturas antiálgicas.
Ésta afectación global se debe a que el cuerpo organiza sus
movimientos a través de cadenas funcionales compuestas por una serie de
músculos y las articulaciones que éstos movilizan.
Cuando algún componente de
la cadena falla, toda ella se ve afectada, pudiendo surgir síntomas en
cualquier lugar, por lo que hay que tratar toda la cadena funcional corrigiendo
todos sus componentes a la vez.
Los músculos dinámicos pueden perder eficacia cuando están
atrofiados o tienen poco tono, mientras que los estáticos pierden eficacia
cuando están rígidos, acortados o con un tono excesivo.
Ejercitando unos, y
sobre todo estirando otros, se consigue ganar elasticidad, recuperar el tono
muscular adecuado y eliminar las tensiones innecesarias.
Además, éste aumento
de tensión inadecuado produce la desalineación y la compresión de las
articulaciones, siendo el origen de muchas dolencias, por lo que será
fundamental su tratamiento para aliviar la presión y recuperar el espacio
articular normal por medio del estiramiento suave y progresivo.
Cualquier alteración en el cuerpo o en la mente provoca
instantáneamente una alteración en la respiración; y a la inversa, la respiración
repercute tanto en el funcionamiento del cuerpo como en los
aspectos emocionales y mentales de la persona.
Por lo tanto, será importante
mantener un ritmo respiratorio sin bloqueos, manteniendo flexible el tórax y
relajando la musculatura inspiratoria, impidiendo tensiones que puedan influir
negativamente en el resto de las funciones de la persona.
Por todo ésto, partimos en las sesiones de la individualidad para diseñar un
tratamiento global en el que a partir de los síntomas presentes, se busque y
resuelvan las causas que los han provocado.
Incidiendo en devolver la
elasticidad de la musculatura acortada, mediante estiramientos suaves y
progresivos y tonificar la musculatura debilitada, recuperando así el
equilibrio muscular y articular y eliminando el dolor.
¿PERO, Cómo es el tratamiento ?
El tratamiento consiste en la realización de una serie de
ejercicios de estiramiento global llamados “posturas”, que van evolucionando
desde una posición inicial casi sin tensión hacia una posición final de
progresivo estiramiento.
Se pueden hacer sobre la camilla, acostado o
sentado y también de pie.
La elección de la postura conveniente para cada
persona, será determinada por una evaluación previa.
El terapeuta guía y corrige en todo momento el proceso, asistiendo a elongar los tejidos,
reduciendo las tensiones, cuidando las articulaciones, eliminando las molestias
y modelando el cuerpo del paciente.
Éste, participa de forma activa en la
realización de los ejercicios a través de la respiración, la realización de
suaves contracciones musculares y el mantenimiento de las correcciones.
El tratamiento se programará en función de las necesidades de
cada persona y de los resultados obtenidos. Se realiza en sesión
individual, con una duración aproximada de una hora, una sesión por semana (dos
sesiones semanales en casos agudos), observándose mejoría ya desde las primeras
sesiones.
Los objetivos a conseguir son: aliviar el dolor o los síntomas
de forma duradera, evitar las compensaciones y corregir las alteraciones.
BERTA OLEMBERG
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